Si fuese así, supondría una verdadera revolución en la medicina, evitando a miles de personas enfermas la espera angustiante para conseguir un trasplante de corazón o de hígado.
Hasta el momento, el principal problema con que los investigadores se han topado para «fabricar» órganos artificiales ha sido la dificultad de «montarlos» en tres dimensiones en lugar de formar estructuras planas. La respuesta a este problema ha sido proporcionada por el equipo de la División de Ciencias de la Salud y Tecnología (HST) de la Harvard-MIT, como si fuera un Lego con células vivas, en un trabajo de microingeniería orgánica digno de admiración.
Para ensamblar este «Lego biológico», los investigadores emplearon un material similar al gel que, al iluminarse, se endurece y une las células, como hace el cemento con los ladrillos. Las células adquieren forma de cubo cuyas aristas ocupan un espacio de 100 a 500 micras (0,1mm a 0,5mm). Después, los cubos se disponen adecuadamente y se unen de nuevo para crear tejidos artificiales.
Los investigadores han usado esta técnica para construir tubos que podrían funcionar como vasos capilares, lo que ayudaría a superar uno de los problemas más persistentes en la fabricación de órganos, la falta de suministro de sangre. El desarrollo de este método podría conducir a una nueva forma de hacer un hígado artificial o un tejido cardíaco.
Otra ventaja del sistema de «legos» es el hecho de que no requerir ningún equipo especial. «Debido a su sencillez, se puede realizar sin ningún problema en cualquier laboratorio. Si se desarrollase mucho esta técnica, se podría crear un individuo completo como el de aquí abajo.
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